personas que inspiran

Manuel Bartual

Es tan complejo definir lo que hace Manuel Bartual que él mismo reconoce que a veces se define como “guionista” para atajar. Creador del podcast de ficción Biotopía y cocreador de Santuario, Blum y Titania, también ha dirigido y escrito películas y series, actividad que ha compaginado, además, con su faceta como autor de cómics. Suyo es aquel hilo de Twitter en el que narraba en tiempo real y en primera persona unas misteriosas vacaciones que mantuvieron en vilo a miles de personas. Su relato, construido a base de unos cuantos caracteres y mucha imaginación, se convirtió en trending topic mundial. Utilizar distintos formatos, exprimir las ventajas de cada uno, pero contar historias en definitiva. Las historias lo son todo. Y qué bien las narra Bartual.


Te defines como “guionista y entusiasta”. ¿Hasta qué punto crees que el entusiasmo influye a la hora de contar historias?

En mi caso, no concibo contar historias si no es a través del entusiasmo. Escribir ficción no debería ser nunca un trámite, sino una forma de construir historias a partir de ideas que te remueven y enamoran con la esperanza de provocar esas mismas sensaciones en las personas que las leen, ven o escuchan.

   

¿Cuáles son las claves para contar una buena historia y hasta qué punto condiciona el formato (audio, cine y tv, cómic, redes sociales…)?

No creo que haya ninguna fórmula infalible, aunque muchas de las historias que logran cierto éxito suelen tener en común que sus autores se enfrentaron a ellas huyendo de la impostura. El formato en el que decides contarlas siempre las condiciona, pero me gusta verlo no tanto como una limitación sino como una oportunidad de analizar el medio que vas a utilizar para sacarle todo el partido a su lenguaje y herramientas. Algunas de mis historias favoritas son aquellas en las que me doy cuenta de que no resultaría fácil trasladarlas a otro medio, ya que están plenamente adaptadas al formato que se ha utilizado para contarlas.


Todo está bien es tu hilo de Twitter más famoso. Durante el verano de 2017 viralizaste una historia de misterio que se convirtió en trending topic mundial, ¿cómo se gestó esta narración y por qué una red social como Twitter como espacio donde darle vida?

Aquel verano comencé a plantearme las redes no solo como un espacio en el que informarme y divertirme, sino también como un canal a través del que contar historias. Lo único cierto de aquel hilo fue que me encontraba de vacaciones cuando comencé a publicarlo, por lo que nació como un entretenimiento veraniego. Mi propósito era pasármelo bien y que quien me leyera disfrutara con la lectura. Era impensable imaginar la repercusión que acabó consiguiendo. Elegí Twitter como plataforma para su publicación porque la conocía bien y me sentía cómodo en ella. Aparte, el formato de hilo permitía que se pudiera leer de forma ordenada sin importar el momento en que cada lector llegara a la historia, y la inmediatez propia de Twitter era idónea para jugar con el directo, como si aquello que estaba contando me estuviera pasando a tiempo real. Eso me gustaba. Me parecía una forma de utilizar unas reglas similares a las del falso documental, que es uno de mis géneros favoritos. Más allá de todo esto, me autoimpuse la regla de utilizar únicamente mi teléfono móvil para redactar la historia y generar todo el material audiovisual que la iba a acompañar. Me gustaba la idea de que la gente la leyera en el mismo tipo de dispositivo que yo estaba utilizando para crearla.


En algunos de tus proyectos le has dado una vuelta al concepto narrativo (Todos tus secretos y el #ElGranSecuestro son prueba de ello). ¿Crees que todavía hay margen para seguir explorando nuevas formas de contar, o ya hemos alcanzado un punto donde la creatividad ha llegado a la cima?

No, siempre hay margen. Lo complicado es encontrar a gente que apueste por este tipo de historias y proyectos cuando necesitan una inversión económica, porque al salirse de lo establecido siempre implican cierto riesgo. De ahí que los espacios independientes sean los más propensos a cuestionar las reglas narrativas que muchas veces asumimos como necesarias e inquebrantables.


En muchas de tus historias has colaborado con otros perfiles (Carmen Pacheco, Juanjo Ramírez Mascaró, Modesto García…), ¿qué crees que aporta al arte de contar historias trabajar codo con codo con otras personas?

Por un lado la velocidad, porque dos personas trabajando en una misma historia siempre agilizan todos los procesos. Es muy habitual que mientras estés escribiendo o planificando acabes en un callejón sin salida del que la otra persona te puede sacar en mucho menos tiempo del que tú tardarías. Trabajar con otro guionista con el que contrastar tus ideas es un buen aliciente también. Y a su vez, que una historia cuente con diferentes sensibilidades y puntos de vista puede llegar a ser muy enriquecedor. Ninguna de las historias que he escrito a cuatro manos habrían acabado siendo iguales si cualquiera de los dos hubiéramos decidido escribirlas por nuestra cuenta.


Estás al frente (junto con Alba Diethelm) del sello editorial ¡Caramba!, especializado en cómic y libros de humor, ¿cómo valoras el mercado editorial y el mundo del cómic en estos momentos?

Es complejo, porque por un lado se publica más y mejor que nunca, tanto a autores nacionales como extranjeros y en ediciones muy cuidadas. En lo que respecta al cómic en concreto, su percepción social y cultural ha mejorado considerablemente en el último par de décadas. Pero si pretendes ganarte la vida con tu obra en España, realmente sigue siendo muy complicado ya seas autor de cómics, libros o novelas. Aunque hay público, no es tanto como para sustentar al número de autores que publican obra nueva cada año, y el negocio editorial está tan saturado como el de otras industrias culturales. Puedes pasarte un año trabajando en una obra para que, cuando llega el momento de salir con ella a librerías, no aguante expuesta más de una o dos semanas antes de ser reemplazada por la siguiente novedad. Con todo esto no quiero decir que no puedas vivir de tu obra, pero seguramente será siempre a costa de dedicarte también a otras actividades profesionales que te permitan llegar a fin de mes. Los autores que lo consiguen en España dedicándose exclusivamente a su obra son muy pocos en comparación con los que necesitan diversificarse.


¿Qué es para ti una marca valiosa y qué cualidades debe tener?

Para mí una marca valiosa es la que me ofrece un producto necesario con elementos diferenciales. Que sea coherente, honesta y sostenible. Y que sepa comunicarlo. Cuidar la narrativa siempre es la mejor forma de llegar y conectar con el usuario.