personas que inspiran

Marta Jiménez Serrano

Marta Jiménez Serrano ha pasado por casi todos los procesos que se entrelazan tras ese “objeto perfecto” (como decía Umberto Eco) que es el libro. Estudió Filología Hispánica y cursó un máster de Estudios Literarios y otros de Lettres Modernes en Francia. Ha trabajado en editoriales y colaborado con varias de ellas como correctora y editora. Ha impartido talleres de escritura creativa. Y, por supuesto (no se nos olvida): ha escrito y escribe. Y cómo escribe. En Los nombres propios (Sexto Piso, 2021) y No todo el mundo (Sexto Piso, 2023) podemos zambullirnos en su forma de narrar y aquí, mediante sus respuestas, tenemos la oportunidad de conocerla un poquito mejor. De letras, libros e historias va la cosa.


¿Qué significa escribir para Marta Jiménez Serrano?

Escribir es mi modo de comprender las cosas, de relacionarme con el mundo. Me gusta mucho una frase de Pessoa que dice “Ser poeta no es una ambición mía. Sólo es mi manera de estar solo”. Pues escribir es algo así.


¿Se puede enseñar a escribir, o hay una parte de talento innato e instintivo con el que se nace?

Yo creo que, por un lado, hay determinados elementos técnicos de la narración que se pueden enseñar. Por otro lado, la escritura se puede guiar y acompañar. Y luego también, por supuesto, influyen el talento, la capacidad de trabajo, el carácter, la disciplina…

   

En No todo el mundo desgranas distintas historias de pareja, ¿por qué te interesan, en concreto, este tipo de relaciones?

Me interesan mucho las relaciones humanas en general y, en ese libro en concreto, creo que se refleja mi interés por cómo ha cambiado en los últimos años el modo de relacionarnos a nivel de pareja,  y también cómo ha influido en eso el cambio en los roles de género: qué se espera de una mujer, qué se espera de un hombre, qué pasa cuando se juntan.


@martajserrano


En Ovejas eléctricas, el programa cultural que capitanea Berto Romero en La 2, te enfrentas a distintos temas que atraviesan nuestras historias más universales, ¿qué proceso creativo estás siguiendo y qué retos supone conectar todos estos relatos bajo un único paraguas narrativo?

Ovejas eléctricas es algo muy distinto a todo lo que había hecho hasta ahora, porque yo nunca había hecho televisión (me habían entrevistado, pero no había sido parte activa). Así que aprendí mucho en un trabajo que tiene poco que ver con la escritura y que pasa por estar para fuera, ser rápida, sostener una determinada energía… Aunque también hay elementos en común: en ambos casos se trata de hacer que parezca sencillo y espontáneo algo que en realidad está muy construido.


¿Qué tiene que tener un libro para que te decidas a comprarlo y hasta dónde pesa (si lo hace) la sinopsis, las reseñas o incluso la portada?

Hay editoriales de las que me fío más y otras de las que me fío menos. La portada es fundamental para cogerlo, pero no sé si para llevármelo a casa. Las sinopsis creo que no las leo nunca, jaja, y a las reseñas les echo un ojo. Pero, sobre todo, lo que hago es leerme las dos o tres primeras páginas, y así decido si le doy una oportunidad o no.


¿Cuál es el valor de lo físico y lo tangible en estos momentos?

Yo creo que cada vez más. A toda acción hay una reacción y, con todo lo virtualizados que estamos a todos los niveles, creo que lo material y lo que está lejos de las pantallas ha cobrado mucha importancia. A mí me gusta que un libro esté bien hecho y sea bonito, también desde el punto de vista del propio objeto.


¿Qué es para ti una marca valiosa y qué cualidades debe tener?

Solo hablo como usuaria, pero me interesan las marcas sostenibles, transparentes y más o menos pequeñas. Cuando en algo hay mucha oferta, me abrumo.