personas que inspiran

Paco Roca

Paco Roca es uno de nuestros autores de cómic más internacionales y uno de los trazos más reconocibles del panorama español. Premio Nacional de Cómic en 2008 por Arrugas, uno de los ejes de su trabajo es la memoria y cómo esta se enfrenta al olvido más devastador, algo que ha tratado en obras como Los surcos del azar o, más recientemente, El abismo del olvido. Dibujando desde Valencia para el resto del mundo, cuando leemos a Paco nos sentimos en casa, pero no meramente por una cuestión geográfica; sumergirnos en sus historias es recordar quiénes somos y de dónde venimos, cuestiones que nunca deberíamos obviar.


¿Qué es el éxito para Paco Roca?

Es la libertad de poder trabajar en lo que me gusta, vivir de ello y poder tener la libertad para tratar en mis cómics los temas que me apetecen.


¿Qué te aporta Valencia como ciudad desde la que dibujar?

Valencia es mi hogar, donde tengo mi casa, mi familia y mis amigos… Me da esa estabilidad que para mí es fundamental para poder trabajar.

   

Eres de los que defienden la cotidianidad como inspiración, ¿cómo se cultiva la mirada despierta para no perderse nada de lo que nos rodea?

Depende de qué tipo de historias quieras contar. Borges decía que mucho había leído y poco había vivido, y en su obra se ve ante todo la influencia literaria. Sin embargo, en autores como Hemingway o Bukowski, de vidas apasionadas, su obra es un reflejo de su existencia.

En mi caso es cierto que en la cotidianidad, en las personas corrientes, en las pequeñas historias es donde me siento cómodo. A fin de cuentas se trata de observar, de intentar comprender lo que mueve a las personas a actuar como lo hacen.


¿Para contar buenas historias hace falta la empatía?

Si tus historias se basan en la relación entre los personajes la empatía es fundamental. Tienes que pensar que todos los personajes tienen a su modo de ver buenos motivos para actuar como lo hacen. Comprender esos motivos, aunque sus actos sean malos para los otros, es parte del trabajo del narrador.


La memoria es un eje central en algunos de tus trabajos, ¿por qué dirías que te interesa tanto que no olvidemos nuestro pasado?

La Memoria es una lucha constante contra el Olvido. Es una batalla que inevitablemente acabará perdiendo, eso hace de la Memoria un tema tan especial. Recordamos a nuestros seres queridos una vez han desaparecido, pero sabemos que su memoria, al igual que la nuestra, se perderá con el tiempo.

Por medio de los cómics intento mantener la memoria de mi familia para recordar quién soy, es una búsqueda de la identidad. También intento recuperar del olvido el sufrimiento de otras personas que jamás pudieron expresarlo.


¿Crees que el cómic vive en estos momentos una de sus épocas doradas?

Yo creo que sí. Quizá no tenemos tantas ventas como tuvimos en determinados momentos de nuestra historia, pero ahora tenemos un público muy generalista, estamos en los museos y en las librerías de barrio, tenemos un reconocimiento desde el mundo de la cultura como nunca antes habíamos tenido.


¿Qué es para ti una marca valiosa y qué cualidades debe tener?

Cada autor tiene su mirada del mundo. En esa realidad que nos inspira unos ven un drama, otros una comedia, otro puede ver una aventura fantástica… Cada uno tenemos una forma diferente de contar las cosas poniendo énfasis en aspectos diferentes. Poco a poco vas depurando ese estilo, y cuando eso conecta con un público ya da igual lo que cuentes porque tus lectores siguen tu forma de hacer más que los temas o argumentos que trates. Pero también es cierto que los lectores pueden cansarse de lo predecible. Esta es la gran dicotomía de los autores.